lunes, 1 de agosto de 2016
Zombis en el hundimiento del Titanic
"Justo aquí se hundió el Titanic". Y aquí no es el Atlántico, ni siquiera cerca de la costa de Nueva York, ni hablar del puerto de Southampton. A más de 35 grados se funden los icebergs. "Aquí" es una piscina gigantesca, un enorme tanque pegado a la playa de Popotla, en Rosarito (México), mirando al océano Pacífico. Justo aquí se hundió el Titanic en 1997. Y no se salvó ni Leonardo di Caprio.
El mexicano Rolando Navarro, técnico de aviación de profesión, era uno de los marineros que manejaban el bote salvavidas que rescató a Kate Winslet al final de la película. Hoy ejerce de relaciones públicas en los estudios Baja, construidos al gusto de James Cameron en 1996 y considerados los más importantes en todo el mundo para rodar escenas de agua. Este año se filma aquí la segunda temporada de Fear The Walking Dead, la serie que la productora AMC ideó en paralelo a la versión original inspirada en los comics de Robert Kirkman y que ha llenado de infectados la costa de Tijuana. En esta segunda entrega, que estrenará los capítulos finales en España a partir del 22 de agosto a través de AMC, Rolando se ha reservado otro cameo, esta vez de zombi.
La serie ha revitalizado unos estudios que amagaron con hundirse como el Titanic cuando se agotó el fenómeno Di Caprio. Aún quedan naves y maquetas de cuando se llegó a abrir una especie de ruta de atracciones para turistas. James Bond rodó escenas de El mañana nunca muere, se filmó Deep Blue Sea, Michael Bay recreó la batalla de Pearl Harbor y Russell Crowe se dejó allí atracado el buque de Master and Commander. Luego la violencia en México y el cártel de Tijuana espantaron a la Fox, el pueblo de Rosarito quedó casi fantasma, lleno de tiendas para turistas sin turistas, y el estudio se vendió a inversores locales.
Entre 2006 y 2008, los homicidios en Baja California prácticamente se habían duplicado. Tijuana recurrió entonces al ejército y el teniente coronel Julián Leyzaola Pérez asumió el encargo de limpiar la ciudad de droga y corrupción policial. "Yo sé cómo disparar y disparar bien. Siempre disparo en la cabeza", se presentó. Se marchó en 2011 para arreglar Ciudad Juárez con muchas sombras en su gestión pero presumiendo de haber reducido el índice de criminalidad en un 70%.
Y el cine volvió a Rosarito. Según el gobernador de Baja California, el rodaje de Fear The Walking Dead dejará en el estado una inversión de unos 35 millones de dólares y da empleo a cerca de 300 profesionales locales. "Titanic puso a Rosarito en el mapa cinematográfico y hoy sigue siendo un referente. Este es un punto geográfico ideal, tenemos bosque, desierto y mar, estamos a 30 minutos en helicóptero de Los Ángeles y rodar aquí es más barato que en Estados Unidos", explica Rolando, culebreando por las distintas instalaciones casi como un fan convertido en guía de museo.
Los actores de Fear tienen hoy sus camerinos donde se cambiaba Leonardo Di Caprio y los pasillos se han quedado con el aspecto de hospital que se diseñó para el rodaje de la película Little Boy. Pero la joya de los estudios son sus cuatro tanques de agua. El más grande a cubierto tiene 30 metros de ancho, 60 de largo y 11 de profundidad. En total, más de 16 millones de litros. Justo aquí se hundió el Titanic y justo aquí navega ahora el Abigail, el lujoso yate en el que se refugian los protagonistas de Fear The Walking Dead. "Esta es la estructura más impresionante en la que yo he trabajado", admite el actor Colman Domingo, patrón del yate en la serie. "El agua tiene su propia personalidad en esta serie".
Las vistas generales del barco en el mitad del océano, escapando del apocalipsis zombi, se rodaron en realidad en una última piscina, de casi 110.000 metros cuadrados, ubicada sobre un acantilado. Es el tanque 1. Más de 64 millones de litros que se llenan en 40 horas con agua del mar. La mayor parte de esta zona tiene una profundidad de apenas un metro, pero dispone de otras dos secciones más profundas que pueden llenarse de forma independiente antes de la inundación de todo el tanque. Cuando se llena por completo se crea un efecto visual que permite conectar sin fisuras la piscina con el horizonte del Océano Pacífico. Robert Redford navegó en estas piscinas en Cuando todo está perdido.
Bernardo Trujillo es diseñador de producción en Fear The Walking Dead, de sus manos salió el diseño del Abigail. "El gran interés de estos estudios es que se encuentran en un sistema climático único. No hay que simular nada porque el brillo de la luz delante del mar es increíble, al amanecer y al atardecer. Tener la oficina delante del océano es un sueño hecho realidad".
Su despacho está plagado de planos, libros de arquitectura y fotografías del barco, despiezado como un puzle. El yate no existe como tal. "Flotaría con dificultad", bromea Trujillo. La cubierta se desmonta en los tanques para cada secuencia sobre unas plataformas montadas con piezas que parecen de Lego y los interiores se ruedan en los distintos platós repartidos por los estudios Baja. Hay otros cinco. Allí se recrean los camarotes, la sala de máquinas del Abigail, y hasta las escenas de playa en la que se quiere controlar el ambiente. Hay una enorme cortina que simula el mar y kilómetros de pantallas verdes para los chroma. U2 utilizó estos escenarios para ensayar su gira PopMart en 1997. "El equipo es jodidamente increíble. Construyeron el barco en sólo dos semanas y es alucinante lo que son capaces de recrear en estos estudios", asegura Frank Dillane, Nick en la serie.
Más allá del faro y del pantalán en el que arranca la segunda temporada de Fear hay un helipuerto real y detrás un escenario impresionante en el que están rodando los capítulos que vienen. Queda terminantemente prohibido hacer fotos, queda terminantemente prohibido escribir sobre ello. No spoilers. Cuando el director grita acción, sólo se oye una voz en los estudios Baja, allí donde un día se ahogó Di Caprio y ahora nadan los muertos vivientes. Alguien dice: "Lo que hay más allá es peor que la muerte, es el fin".