Para todos aquellos que pensaron que el primer episodio fue aburrido, la maquinaria de The Walking Dead pasa de 0 a 100 en sólo segundos en este segundo episodio de la sexta temporada, toda una bofetada de los guionistas que vuelven a recrearse con la acción y a lo grande, recreándose en los personajes de Morgan y sobre todo Carol para recrear una lucha sin los grandes líderes de Alexandria, un ataque en el que aparecen definitivamente los lobos (Wolves), que dejan muchas preguntas, mensajes y un episodio más que interesante y que abre las puertas a una temporada espectacular.
Y es que hay poco que decir cuando los guionistas se ponen manos a la obra y sacan lo mejor de ellos, es decir, le dan pie a Carol para ser ella. Ya era extraño que Robert Kirkman hablara en la previa de que era uno de sus personajes favoritos y que nunca lo mataría en la ficción. Algo escondía detrás, un capítulo pintado para ella en el que la vemos defender Alexandria con un mensaje alto y claro, en The Walking Dead pocos personajes mandan como ella sin tener que levantar la voz. Asesina, se camufla (otra vez), reacciona y se adelanta a los acontecimientos a los que parece ir adecuándose poco a poco Morgan y ese final de capítulo majestuoso lo demuestra, un mensaje sin palabras.
La acción comienza sin embargo con Enid, la joven superviviente que huyó de Alexandria, volvió, tonteó con Carl, se volvió a ir y ahora lucha por mantenerse con vida. El inicio es más que interesante, otro soliloquio de un personaje sin palabras que simplemente lucha por volver sin saber si quiere hacerlo. Mata, se esconde, deja mensajes crípticos que desde PlanetaDesmarque intentamos averiguar (ahora ‘JSS’) y definitivamente vuelve a su antiguo hogar a regañadientes…eso sí (spoiler alert continuo), al final vuelve a irse y abandonar de nuevo a un Carl enamoradito perdío.
En esa vuelta momentánea a Alexandria nos damos cuenta que el episodio se aleja de Rick y compañía, dejando atrás la acción del primer episodio y a todos sus personajes (menos Morgan). Aquí la acción se queda en el refugio centrada en Maggie, Carol, Deanna, Morgan, Carl y Jessie. Bueno y The Wolves. En pocos segundos lo que parecía un episodio de transición hasta llegar al tremendo sonido con el que cerró el 6×01, se convierte en un ataque en toda regla a Alexandria por parte de The Wolves, esos supervivientes hostiles que cual locos desaliñados se vuelcan sobre el refugio para intentar asesinar todo lo posible y robar armas. Porque eso sí, no llevan ni una pistola encima.
Hay dos puntos interesantes que tratar aquí, ambos claves para entender el por qué del ataque. En un momento determinado Morgan habla con uno de los lobos, el que se encontró en el último episodio de la quinta temporada. El nuevo amigo de Rick convence al que parece líder de un grupo de hostiles de que se vayan y este le contesta con la huida después de decirle que atacan porque “no tenemos opción”. Si eso lo sumamos a que precisamente atacan cuando los líderes del refugio estaban fuera, podríamos deducir que han sido enviados por alguien (¿otro grupo?¿Jesús, Negan?) para que intenten robar las armas.
Son todo especulaciones, pero al fin y al cabo el episodio deja muy clara la decadencia de Deanna, que se derrumba como jefa ante el ataque y no sabe más que defendeser, el veloz aprendizaje de Morgan, un maestro en el combate que empieza a entender a quién tiene alrededor y tercero, lo más interesante, el nuevo despertar de Carol, uno más. Cada una de sus escenas la hacen más imponente en pantalla, su personaje no deja de tomar fuerza tanto en los diálogos como en las imágenes y ese momento ‘W’ es de los más épicos del personaje hasta ahora en la ficción, por lo que hace, cómo lo hace y por la epicidad de la situación. Lo hace todo ella.
Jessie aprende a matar, Ron odia si cabe más a Carl al verlo con Enid, la joven se vuelve a despedir de Carl sin un adiós y sí con un ‘Just Survive somehow’ mediante una carta (‘simplemente sobrevive como puedas’). Sí, The Walking Dead ha vuelto definitivamente con más fuerza que nunca, un nuevo arranque que vuelve a romper las medidas de lo esperado y que trae la violencia desmedida que aparentan las dos próximas temporadas si nos ceñimos a lo que ahora trae el cómic. Exultante.
