viernes, 3 de julio de 2015
Hollywood se interesa por el terrorífico caso real de The Watcher
El acoso ejercido por el maniático apodado The Watcher (“el mirón”) les ha parecido tan interesante a quienes buscan historias para los filmes de Hollywood que varios guionistas, directores y productores han en expresado sus intenciones de convertir los sucesos reales en un largometraje a tan solo unos días de su difusión.
Blumhouse Productions, Dimension Films, New Line Cinema y Universal serían algunos de los comparadores potenciales, según publica el medio en línea Tracking Board. En el caso de Dimension, un guionista del que no se ha dado a conocer el nombre, les podría haber presentado la historia, despertándoles así el interés. Se comenta que los directores James Wan (Furious 7, The Conjuring, Insidious) y Bryan Bertino (The Strangers) están igualmente al acecho.
Derek y Maria Broaddus compraron una mansión de seis dormitorios el pasado verano por más de un millón de dólares y, tres días después, comenzaron a recibir cartas de un acosador que les confesaba que los espiaba y que aseguraba ser el verdadero propietario de la vivienda, situada en Westfield, Nueva Jersey.
Una de las notas publicadas por TheStar.com rezaba así: “Mi abuelo observó la casa en 1920 y mi padre la observó en 1960. Ahora me toca a mí”. Lo más aterrador se encontraba en a continuación de la misiva: “Se me ha encargado que vigile la segunda venida de nuestro señor Jesucristo”.
Las entregas eran tan terroríficas e intensas que el joven matrimonio empezó a temer por la vida de sus pequeños, especialmente después de recibir una en la que se decía “¿Han llenado la casa con sangre nueva como les pedí? En cuanto sepa sus nombres, los llamaré y los atraeré hacia mí”. Más tarde les llegó otra con la continuación: “estoy encantado de saber vuestros nombres y del nombre de la sangre joven que me habéis traído”.
Los Broaddus no se han atrevido a trasladarse a la casa y no hay nadie que quiera comprársela, por lo que han puesto una denuncia a los vendedores, dado que no les advirtieron de la presencia del acosador antes de la adquisición, de la cual tenían conocimiento, pues ya había escrito a los anteriores dueños.