Gracias a una serie de documentos y declaraciones obtenidos por The Hollywood Reporter podemos saber que, según Darabont y Glen Mazzara (su mano derecha en el desarrollo de la serie), el showrunner de la exitosa The Walking Dead habría sido tratado de manera injusta y muy cruda por los ejecutivos de AMC, y todo se basa (cómo no) en el dinero.
No es ningún secreto para los que disfrutamos de esta serie que la segunda temporada fue la más lenta (y hasta aburrida) de todas. Aunque el final marcó con buen ritmo lo que sucedería a partir de la tercera (cómo el grupo de Rick salía separado de la granja de Hershel y encontraba la prisión), desde el segundo episodio hasta el décimo u onceavo todos los acontecimientos fueron lentos, flojos y sin una trama realmente importante. Básicamente, parecía relleno.
Darabont estaba al tanto de esto, y asegura que se debía a que desde el inicio de la segunda temporada estaba en medio de una gran disputa con dos enemigos muy importantes para un showrunner: los ejecutivos del canal (AMC) y Robert Kirkman (creador del cómic The Walking Dead y productor ejecutivo de la serie). Los problemas se basaban, principalmente, en el presupuesto tan limitado que tenía la serie, y en el enfoque que quería darle Darabont (y no podía).
“Recuerdo cómo me llegaban correos electrónicos cada semana durante la primera temporada felicitándonos por cómo rompíamos récords y alcanzábamos nuevas cifras [de ratings de espectadores], pero aún así recortaron el presupuesto de 3.4 a 3 [millones de dólares] y de allí debían restar los impuestos, lo que supone un 25% menos de dinero para repartir entre actores, miembros del equipo y claro, producir los episodios. Estábamos muy cortos de dinero.”
Y las quejas de Darabont no paraban, lo que no tenía muy felices a los ejecutivos. Y es que la relación entre el showrunner y el canal comenzó con mal pie. Incluso llegó a decir que él originalmente quería que HBO fuera el responsable de la serie, y que el protagonista fuera el actor Thomas Jane (The Punisher).
Finalmente, tanto Frank Darabont como Glen Mazzara aseguran que el despido se basó en que el showrunner quiso más tiempo para corregir las faltas de la segunda temporada, y no se lo dieron; además, según AMC, Darabont “no cumplía con sus responsabilidades de showrunner en las que tiene que reunirse constantemente con los directores de cada episodio para ver el enfoque de la serie”, algo que Darabont niega rotundamente.
A Darabont tenemos que agradecerle dar vida a esta serie, y la temporada actual de The Walking Dead es de lo mejor que hay en la televisión, incluso sin la participación de este guionista que ha sido nominado varias veces a los Premios Oscar. Pero todo este drama entre AMC y Darabont se resume en dos cosas: problemas por dinero y problemas por quién manda más. Eso es todo.